La intuición es eso que llamamos “sexto sentido”, esa “voz interior” que nos habla y nos guía por “corazonada” más que por conocimiento de información.
A veces, para los negocios, debiéramos tener más en consideración esto. Dejarnos llevar y arriesgarnos cuando tenemos esa “buena espina”. Evaluar el panorama y las posibilidades de rendimiento de la inversión que nos proponemos pero sin tanto limite y prejuicio personal.
Cuando tenemos una buena idea lo ideal es enfatizarla; analizar, buscar alternativas, evaluar “las vueltas” y concretarla.
Definitivamente a veces la intuición sin tanto tangible alrededor es lo mas auténtico y propio que tenemos y de eso también se tratan los negocios; de ser nosotros mismos y de ofrecer algo en lo que seamos buenos, en lo que podamos distinguirnos y algo que, sobre todo, nos apasione. Pensar en algo que nos guste e incentive seguro será un buen punto de inicio.
La intuición es una característica personal que puede ser “trabajada” y mejorada para aplicarla a futuro. Para ello debemos considerar:
- Experiencias vividas: evaluar si en el pasado la intuición nos ha servido para la toma de decisiones. Si nos ha favorecido o si nos hemos arrepentido por no tenerla en cuenta.
- Probar con diferentes actividades, salir de la rutina, analizar si nos gusta, si seremos buenos en ello. Tomarnos un tiempo para hacer eso que la intuición nos manda.
- Escribir: darle un espacio concreto a la intuición. Evaluar posibles resultados en caso de llevarla a cabo y en caso de no aplicarla. Responder por escrito los interrogantes que se nos ocurran, los posibles planteos. Por medio de la escritura logramos conectar el consciente con el subconsciente y con eso mediamos ideas.
- Meditar: hacer un espacio diario donde uno pueda desconectarse; descansar la mente para luego poder decodificar los mensajes de la intuición y del inconsciente. Descansar para trabajar con energías recargadas.
Si bien este artículo tiene un tinte psicológico y suena algo alejado del marketing y la innovación, a veces está todo más relacionado de lo que en realidad creemos. Si le diéramos más importancia y lugar a los pensamientos intuitivos y a la imaginación seguramente las ideas brotarían con mayor intensidad y eso, para los negocios, es fundamental.