Crear un intangible hará que tus recursos tangibles se incrementen

Escrito por kromsec kromsec

El May 19, 2016

Una entidad puede incurrir en desembolsos para el desarrollo y mantenimiento de su sitio web, ya sea para el acceso interno o externo.

Un sitio web diseñado para el acceso externo puede ser usado para varios objetivos, tales como la promoción y publicidad, el anuncio de productos y servicios de la entidad, etc.

Un sitio web diseñado para el acceso interno puede ser usado para almacenar información sobre las políticas de la compañía y los detalles de clientes. Se suele almacenar, y poner a disponibilidad de todos los integrantes de la empresa, todo lo que hace a la plataforma de la misma. Las políticas, reglamentos, los cimientos básicos que todos deben tener presente al momento de llevar adelante cualquier operación.
las etapas estrictamente necesarias para el desarrollo de un sitio web son:
1- Planificación:  estudios de viabilidad, definición de objetivos y especificaciones, evaluación de alternativas y selección de las mismas.
2- Desarrollo de la aplicación y la infraestructura: implica desarrollar la aplicación y adecuar la infraestructura a ello.

3-Diseño gráfico: nos lleva a desarrollar la apariencia de nuestro sitio web.
4- Contenido del sitio: aquí determinamos la información que vamos a incluir, ya sea que la compremos o sea de creación propia. Cómo cargarla y el espacio adecuado.

Una vez que el desarrollo del sitio web se ha completado, comienza la fase operativa. Durante esta fase, una entidad mantiene y mejora las aplicaciones, la infraestructura, el diseño gráfico y el contenido del sitio web. Esta parte es esencial ya que un sitio web no es útil si no se lo actualiza. Uno, empresa, debe brindar información oportuna.

También debemos recordar el desarrollo de los intangibles implícitos en cada una de las etapas. Al fin y al cabo serán estos los que nos llevarán al éxito o al fracaso dependiendo del impacto que tengan en los clientes, usuarios del sitio en este caso.

Es indudable que en el último tiempo se ha avanzado de manera significativa a la hora de considerar la gestión de los intangibles como elementos vitales y estratégicos para asegurar el éxito de las organizaciones. Hubo una especie de «concientización» y «Valoración» de los activos/recursos intangibles; incluso en pequeñas empresas que solían hasta hace un tiempo considerarlo «gasto» al igual que al capital humano.

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Se está tomando cuenta de que no se los debe calificar como gastos ya que son redituables y generan apetecibles retornos en la mayoria de los casos. Son «inversión».

Esta toma de conciencia viene acompañada de un mayor reconocimiento profesional, académico y social como también de acciones que las grandes corporaciones llevan a cabo con el fin de constituir departamentos o áreas especializadas para este fin; o, al menos, contar con un profesional que se ocupe de ello operando éste dentro de la institución o a modo de staff de asesoramiento.

Todo pareciera indicar que, en un futuro próximo, los otros activos y recursos intangibles (la marca, la buena atención al público, la clientela, etc) llegarán a tener un respaldo financiero y a ser considerados en los sistemas contables de las empresas.

Sin embargo, muchos son los que reclaman mayor solidez argumental y evidencias que respalden estas consideraciones. Existe una demanda empresarial y social que sólo se ha alimentado del trabajo pionero de unos pocos y que reclama un sustento, una base de donde partir para valuarlos, por ejemplo. Se requieren y pretenden lograr reglas homogéneas aprobadas.

Los recursos intangibles son de difícil medición y cuantificación a diferencia de los tangibles que tienen un valor concreto. Además, los intangibles suelen incrementar su valor a medida que son utilizados y actualizados. Se los debe identificar y potenciarlos.

Gran parte de los ingresos que obtenga la empresa pueden llegar a ser directamente proporcionales al uso de los recursos intangibles. Este tipo de recursos colabora en gran medida a la hora de la concreción de una compra-venta. Más con las modalidades de compra-venta de hoy día (Ecommerce)

Sabemos que el entorno, el contexto conformado por factores sociales, económicos, financieros, políticos, psicológicos, entre otros influyen en gran medida sobre las empresas. Pero ante la suposición de que estas condiciones externas son iguales para todas las empresas, considerando un mismo ámbito y tiempo, la justificación de los distintos resultados obtenidos en en este caso se explica por las condiciones internas diferentes en cada una de ellas.

En estos casos aparecen las capacidades, el capital humano, las ventajas diferenciales que implican recursos intangibles desarrollados por cada empresa.

Para distinguir a los recursos tangibles de los intangibles podemos decir que los primeros tienen un soporte físico, material. Son fáciles de medir e identificar. Podemos citar ejemplos como terrenos, inmuebles, armarios, sillas, rodados, etc. El objetivo principal de su gestión es lograr la mejor asignación posible de los mismos en la empresa que nos lleve a optimizar su utilidad y rendimiento.

Los recursos intangibles no tienen existencia física, son abstractos. Son difíciles de identificar a diferencia de los tangibles. Aunque su manejo suele ser en consecuencia, un tanto abstracto tambien, son estos activos los que están teniendo una creciente relevancia como sustento de las ventajas competitivas de las empresas. A partir de ellos es que cada empresa crea su ventaja diferencial. Son aquellos que CREAN VALOR.

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El valor de los intangibles:

Desde hace algunos años atrás y en creciente incremento el valor de los intangibles comenzó a basarse en el «saber hacer» o similarmente en el «how know» conocido como el saber cómo.

La competitividad que nos pueden ofrecer está resguardada en el conocimiento que cada empresa atesora tanto de forma oculta como pueden ser fórmulas, recetas, entre otros, o de forma conocida a través de marcas, registros, patentamientos. Competitividad es sinónimo de lograr ser único, auténtico, tener algo que los demás no podrán imitar y explotarlo.

Hay evaluaciones y estudios realizados que muestran que en el último centenar de años el valor de los intangibles en las empresas se ha incrementado do modo excepcional. De un 30% se ha llegado a un 70% en la mayoría de ellas.

Además, en muchas empresas relacionadas con el sector de las TICs (tecnologías de la información y comunicación), fundamentalmente empresas de Internet y de telefonía, el valor de sus intangibles supera el 90% del valor total de las mismas en la actualidad.

Si analizamos el éxito de la gran parte de estas empresas telefónicas y de internet tal vez encontremos la explicación en los intangibles; y su valor en el «saber cómo vender». Han logrado multiplicar sus clientes en pocos años y lograr fidelización de los mismos casi a la perfección. Cada una se ha posicionado con su distintivo, con su ventaja diferencial.

Si nos preguntamos cómo crean este valor los intangibles podemos respondernos confiando en su potencialidad en cuanto a la capacidad de diferenciación que nos ofrecen.

El marketing tradicional, aunque en ciertos puntos es necesario, está casi extinguido ya. La calidad,el Precio, la Distribución que eran trascendentales hoy ya no son capaces de diferenciar una oferta de la otra. El consumidor «consume» otra cosa, consume atributos. El tipo de mercado y la modalidad ha cambiado.

Las elecciones de compra de los consumidores se reducen a una pequeña lista de marcas, o empresas, de cada sector de consumo que logran posicionarse en la mente de ellos. Llegar a formar parte de esas tres o cuatro marcas o empresas es lo difícil.

La forma más adecuada de conseguirlo reside en los recursos intangibles. Estos no pueden copiarse y son clave en el proceso de compra-venta y en la decisión del cliente. Son los únicos capaces de hacer única tu oferta.

Manifestación del valor:

La principal forma de manifestación del valor creado por los intangibles es la fidelización ya sea de los clientes, de los empleados , los grupos de interés o stakeholders. Estos descubren en la empresa la capacidad de ser empáticos y suelen sentirse atraídos emocionalmente. Esa atracción emocional es el factor de decisión de compra. Por eso muchos suelen decir que el marketing debe iniciarse en el corazón y terminar en la cabeza del consumidor, nunca al revés. El marketing diferencial, competitivo es EMOCIONAL-PSICOLÓGICO.

Además debemos reconocer su especial utilidad frente a las crisis. Sirven de escudos y hacen que la empresa pueda seguir en marcha. Continúan existiendo y la gente no los olvide cuando se debe «decidir con el bolsillo».

Como conclusión quisiera dejar una reflexión que los invite a la acción y a poner en práctica la intangibilidad de sus negocios. La gestión y manejo de los recursos intangibles debe ser un reto para todo tipo de gerentes que no puede pasarse por alto.

Como ha dicho Nietzsche: «El que tiene un por qué lo suficientemente poderoso puede sobrellevar cualquier cómo».

El por qué implementar los activos intangibles ya lo tenés, sólo resta que te lo propongas y busques el cómo más conveniente.

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